Costumbres antiguas relatado por Nati

En los pueblos la inmensa mayoría somos descendientes de ganaderos y hemos colaborado en las tareas del campo desde pequeños, haciendo lo que "buenamente" podíamos, toda ayuda era bienvenida.

La siega era propia de los hombres, alguna mujer lo hacía pero las menos, hay que tener bastante fuerza para cortar con el dalle el verde, que luego lo esparcían las mujeres y los niños o abuelos, para despues secarla.

Se hacía en la época de verano, se levantaban muy pronto casi al amanecer, cada día se proponían hacer un trozo, quedaba muy bonito el campo con las cambás o "tornejillos" que es una especie de hileras del verde, en cada zona le dan nombres distintos, solían ser sencillas algunos no perdían tiempo en volver a empezar y las hacían dobles, pero daba más trabajo.

Era muy agradable oír el sonido cuando daban la pizarra, ésta la llevaban en la colodra, sujeta a la cintura en la correa, solía ser de madera en forma alargada y le ponían un poco de agua, así afilaban el corte ya que poco a poco el dalle se iba borrando, lo peor era encontrarse con alguna piedra o las toperas que tanto desagradaban a los segadores, tenían que picar el dalle lo hacían en el suelo, solían poner un saco para que no les pasara la humedad, usaban el martillo y el yunque, era muy importante hacerlo bien, pues de ello dependía el que fuera más fácil segar.

Entre las familias o vecinos solían ayudarse, sobretodo los días que hacía bueno, pues se necesitaba el sol para secarlo, con el tiempo estas costumbres han ido desapareciendo, empezaron las segadoras sobretodo en las zonas llanas. Los pasiegos son los que más lo realizan por el terreno que es tan píndio y por ser los que más conserban las costumbres, todavía hay algún matrimonio joven que lo sigue haciendo, pero lleva camino de desaparecer, el campo está en decadencia, la sociedad actual les quiere hacer cambiar de oficio.

Tenían que desayunar fuerte, de tenedor, se tomaban algún "Ponchi" hecho en casa, con yema de huevo azúcar y vino dulce Jerez, era un reconstituyente para acabar la jornada.