En los pueblos íbamos a lavar a los pozos que las mujeres del pueblo iban construyendo ellas mismas. Había un remanso de agua y las mujeres llevaban una azada y cortaban cabones de hierba y tierra y lo ponían por la orilla, para que el agua se remansara y se hiciera más profundo; después ponían unas lastras en forma de lavadero y una piedra para arrodillarse; llevaban el balde en la cabeza y debajo ponían un trapo para que no les hiciera daño en la cabeza, pues era de zinc.
A la ropa se le echaba agua caliente y en el lavadero se le daba con la pastilla de jabón, un poco a cada prenda y se dejaba un rato en remojo y se frotaba con el puño y sobre "la lastra" o piedra bastante. La lastra no era del todo lisa y así ayudaba a restregar mejor, después si era ropa blanca se ponía extendida en el prado, se llamaba "tendido al verde".
Con el rocío de la noche y con el sol de la mañana, blanqueaba, al mediodía había más sol y se secaba, teníamos que ir con un caldero de agua y regarla más con la mano, caía sobre la ropa como si fuera de lluvia; lo teníamos una noche o dos; lo aclarábamos bien y le echábamos añil que eran unos polvos azules que se metían en un trapo, se ataban con una cinta que se sacaba del propio trapo . Para hacer el añil se cogia en el balde un poco de agua y se metía el trapo con el añil y se estrujaba para que tiñera mejor y quedaba el agua azul y se pasaba pieza por pieza y quedaba la ropa un poco azulito, y se tendía, el que tenia tendal en él y si no en los verdales; olia muy bien como la naturaleza, fresco.
La de color había que restregarlo mucho, pues los pantalones por las rodilleras y las camisas por el cuello y los puños se manchaban bastante. Casi siempre había gente en el lavadero y allí se reunían hablaban de lo que pasaba en el pueblo, se reían, contando sus anécdotas y cantaban, se lo pasaban muy bien, un poco de frio en el invierno, pues a veces tenían que llevar un caldero con agua caliente para meter las manos.
Con cariño
Elisa Diaz
¡Que tiempos aquellos¡cuanto mérito tenia lo que hacían.
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